“Al entrar al lago observarás la transparencia y pureza del agua, sentirás la brisa que generan los árboles, verás el vuelo de los pájaros, pero sobre todo, escucharás los sonidos de la Amazonía”, dice Gilberto Vela, quien junto a su esposa Flor Arimuya, viene promoviendo la conservación del Lago Huitoto y sus zonas aledañas desde hace más de 20 años.

Gilberto Vela Cárdenas ha trabajado en el área de la actual concesión  desde hace más de 30 años, en un inicio era comerciante y eventualmente prestaba  servicio de transporte fluvial y apoyo logístico a diferentes empresas de turismo así como a instituciones, Organizaciones No Gubernamentales y científicos que trabajan en temas no muy conocidos en esas épocas. La conservación de los recursos naturales y el medio ambiente. Su primera vez en el Lago Huitoto fue en 1989. Quedó deslumbrado por la belleza del paisaje, la particularidad de una  isla con bosque primario en medio del lago, la abundancia de aves, mamíferos, lobos de río, lagartos y peces. Acá se despertó su afán de hacer conocer al mundo este paradisíaco lugar y para eso había que conservarlo.

En ese mismo año decidió iniciar los trámites para conseguir esta área presentando una solicitud ante la entidad correspondiente, en aquel entonces el Instituto Nacional de Recursos Naturales – INRENA. El trámite fue bastante largo. Más de dieciséis años esperando. Ni la burocracia peruana pudo tumbarse sus sueños. El 30 de noviembre del 2005, Vela y su esposa Flor derramaron lágrimas. El Estado Peruano les otorgó por cuarenta años renovables la concesión para Ecoturismo sobre un área de casi mil hectáreas que ellos han llamado “Sonidos de la Amazonia”.

La concesión comprende parte del Lago Huitoto, que es uno de los lagos mejor conservados de la cuenca del río Madre de Dios, según lo demuestran estudios realizados  recientemente. Es muy fácil avistar animales en toda su estadía y el paseo en bote se hace de ensueño. No están permitidas las embarcaciones a motor para evitar todo tipo de contaminación.

La principal amenaza en el área es la minería. La familia Vela son los principales protectores e inclusive han ganado juicios y desalojado a personas que realizaban malas prácticas. Una labor que no descansa. El resto del área es bosque primario y aguajales. En ellos se han hecho trochas interpretativas en las que se puede observar árboles frondosos que llegan hasta los cuarenta metros de altura y un diámetro de hasta tres metros. Como sucede siempre, la naturaleza responde automáticamente. A raíz del buen cuidado de los bosques, más especies animales se dejan ver por el lugar. El jaguar, la sachavaca, la huangana, el sajino y el venado calorado son los que se dejan ver más por este lugar de ensueño en medio de Madre de Dios.