Hazla por tu playa: Cuando la gente se une

En Huacho consiguieron una retroexcavadora. En Lima, Megapack se ofreció a recoger toda la basura y llevarla al relleno sanitario. En Tacna, la municipalidad provincial llamó en la última semana para sumarse a la campaña. En Pucusana un grupo de kayaks y botes se organizaban para limpiar más allá de las orillas. En Lambayeque los scouts se unieron con el único objetivo de dejar la Caleta San José impecable. El club Land Rover Perú se sumó a la limpieza con sus camionetas. Leíamos los correos, recibíamos las llamadas y todo parecía un juego utópico. No lo podíamos creer. Ya éramos mil personas, entre empresas, estudiantes, ONGs, asociaciones civiles, municipios y familias, que iban a salir de sus casas para dejar las playas del Perú mejor de lo que estaban. Todo esto nos puso nerviosos. Nunca pensamos que una conversación entre amigos podría terminar en lo todo lo que se vino.

En plena primavera limeña, no amanece muy temprano. A las seis de la mañana de un sábado solo hay borrachos devorándose la vida y algunos sanos que salen a hacer ejercicio. Frente al mar, el cielo sigue siendo gris y el frío de la neblina te despierta. Era un sábado de octubre del año pasado y todavía estaba un poco oscuro. Cuatro camionetas esperaban en el grifo de la bajada de Armendariz en Miraflores. Se reunieron para salir de campamento a la playa Punta La Mesa en el kilómetro 339 de la Panamericana Norte. Esta salida la organizó Conservamos por Naturaleza junto con L.O.O.P. y tan solo pretendía que un grupo de amigos salga un fin de semana para disfrutar de la naturaleza y, de paso, limpiar esta mágica playa en Casma protegida por un arrecife repleto de estrellas de mar, caracoles gigantes y aves migratorias. Fueron 15 personas y, en menos de dos horas, levantaron 100 kilos de basura. Después de eso, nos quedamos con una idea. ¿Cuánto se podría levantar si somos 100? ¿Qué sucedería si involucramos a más personas?

Un mes después nos estaríamos reuniendo con las sonrientes y activas Irene y Nadia, las directoras de L.O.O.P. en una juguería. Y, entre jugos, risas y sanguchitos, decidimos lanzar una convocatoria para hacer una limpieza simultánea en varias playas del litoral. Todo tendría que ser el mismo día. Le pondríamos de nombre “cruzada nacional”. ¿Nacional? Seremos a las justas diez, nos decíamos. No importa, que el nombre quede para el próximo año, dijimos con optimismo largo placista. Terminamos la reunión y nos paramos de la mesa riendo sin pensar en lo que se vendría.

El primer paso fue juntarnos con empresas para recaudar los fondos y materiales para apoyar a estas playas que necesitaban limpieza. La Galería Del Barrio nos daría un empujón ya que en el marco de una exposición de arte sobre surf que organizaban, decidimos ponerle nombre a la campaña, convocar a líderes y definir un plan de trabajo con cronograma. Ya no había vuelta atrás. Para entonces y sin darnos cuenta ya habíamos creado una pequeña comunidad que recibía con brazos abiertos a todos los que querían aportar. Promart nos ofreció todos los guantes y bolsas para repartirlos a nivel nacional, la Revista ¡Vamos! nos ayudaría con la difusión y asumió liderar la limpieza de la playa Chilca, RKF armó una salida a Casma, National Geographic Camping Collection nos dio equipos, Megapack se encargaría de la disposición final de los residuos de Lima, diferentes municipalidades, asociaciones civiles, universidades, ONGs, y todo tipo de personas se comunicaron con nosotros y se empezaron a unir a esta gran cruzada. Sin darnos cuenta, en enero estábamos en 20, a inicios de febrero éramos 40 y en la última semana de febrero, Alejandra Elías, la coordinadora de esta cruzada y a la que estamos muy agradecidos por comprometerse desde el inicio, no aguantó la carcajada nerviosa cuando nos confirmó que éramos 67 playas apuntadas y un puerto en Iquitos. Apurados y emocionados enviamos paquetes llenos de bolsas, guantes, stickers, postales a todo el Perú.  Todo tendría que salir bien.

El fin de semana de la limpieza llegó. El sábado 2 de marzo a las 7 de la mañana, en la playa Pescadores, se dio el play de honor. El grupo Pon Salud realizó un saludo al sol como para llenarse energías y carcajadas. Eran 20 personas levantando los brazos y riendo frente al mar que se iba aclarando a medida que pasaban los minutos. Todos los playeros miraban con extrañeza. ¿Quién quiere limpiar la playa? En Sombrillas las personas no entendían qué hacían seis jovencitas levantando colillas de cigarros. En Casma levantaron más de 400 kilos de residuos en un lugar casi deshabitado. En Mahaka, madre e hija, organizaron la limpieza. En Chilca, 40 personas hicieron más de 500 kilos. En Huacho se recogieron cuatro toneladas. En Tacna, la Municipalidad asumió la limpieza de 12 playas y en Puerto Fiel se han comprometido a mejorar el sistema para la gestión de residuos. La iniciativa ciudadana se va conviertiendo en políticas públicas.

Estamos contentos por los resultados, pero sabemos que limpiando playas no se resuelve el problema de fondo. Lo que se viene es responsabilidad de todos nosotros. La limpieza fue un llamado, busca hacer visible que ese plástico no llegó solo. Sorbetes, vasos descartables, pedazos de tecnopor, botellas de plástico, bolsas de supermercado, colillas de cigarro, son muchas de las cosas que se recogieron en ese fin de semana. Lo que nos dirige directamente al asunto: dejemos de consumir productos desechables, especialmente esos de un solo uso y dispongamos mejor de la basura que generamos. Un consumo responsable es clave para combatir la contaminación.

Han pasado algunos días y seguimos emocionados, cada día nos llegan nuevas fotos, las últimas nos han llegado desde Los Organos y Vichayito. Las cifras son increíbles y no hubo grandes auspicios, fue realmente una iniciativa ciudadana. Se reunieron 1000 personas en todo el país, comprendieron que todo lo que consumimos en el día a día afecta la salud del planeta y todos juntos hicimos que nuestro litoral amanezca con 14 toneladas menos de basura. Todas las especies que viven del mar, incluido el ser humano, lo agradecen. Conservamos por Naturaleza también. Queremos que este movimiento lleno de energía positiva siga multiplicándose. Empecemos a lanzar ideas para mejorar el planeta desde donde podamos. En una juguería, en un café, en la sala de tu casa o echados en una playa. No hay excusa para no moverse. Todos podemos mejorar el hogar que compartimos y divertirnos en el intento, no se nos ocurre mejor manera de vivir.