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PAU Tena: los jóvenes que protegen a las aves de la Amazonía ecuatoriana con ciencia ciudadana


En Tena, capital de la provincia de Napo, un grupo de jóvenes busca involucrar a la población local en la observación y conservación de las aves mediante la ciencia participativa y la educación ambiental. Este proyecto fue merecedor de la Beca Aceleradores por Naturaleza 2023.

Al oriente de los Andes ecuatorianos se encuentra Tena, capital de la provincia amazónica de Napo. Esta región es una de las más diversas de Ecuador: concentra 19 de los 91 ecosistemas del país y alberga varios parques nacionales con miles de especies de plantas y más de 900 especies de aves y todo tipo de animales.

Pero lo más asombroso es que incluso sus áreas urbanas contienen una gran biodiversidad. En Tena, se han registrado cientos de especies de aves dentro de la propia ciudad, incluyendo especies emblemáticas como el halcón pechinaranja (falco deiroleucus), la reinita estriada (setophaga striata) y el búho terrestre (athene cunicularia).

Es por eso que en 2021 un grupo de jóvenes ecuatorianos decidió emprender un proyecto para lograr algo que nadie había intentado entonces en Tena: involucrar a las personas del lugar en la observación, conservación y valoración de las aves y su entorno a través de la ciencia participativa y la educación ambiental.

Así nació PAU Tena, un proyecto local que se enmarca dentro del Programa de Aves Urbanas (PAU), impulsado por la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad (CONABIO) del gobierno mexicano, y que ya tiene presencia en varios países latinoamericanos, incluyendo además de Ecuador a Perú, Bolivia y Colombia.

Ciencia y educación por las aves

PAU Tena tiene como principal objetivo involucrar a las personas de las zonas urbanas y rurales de Tena en la conservación de la avifauna local, tomando en cuenta sus propios conocimientos. Para lograrlo, el proyecto cuenta con varias estrategias de ciencia participativa y educación ambiental.

Una de ellas se centra en actividades artísticas, como talleres sobre aves y pintura de murales, dirigidos sobre todo hacia los jóvenes y que han tenido una gran acogida en las zonas rurales. También han impartido talleres de diario naturalista, una herramienta fundamental de los investigadores para registrar sus observaciones, y capacitaciones en el uso de aplicaciones de registro de aves como eBird, Merlin y NestWatch para voluntarios.

Otra línea de acción es el monitoreo de nidos de aves en las zonas urbanas, con el fin de analizar cómo se ven afectados por la contaminación del plástico. Esta estrategia se complementa con talleres y actividades para sensibilizar a la gente, como conteos de nidos en grupo.

“Estos hallazgos son clave para impulsar políticas públicas: ¿qué está pasando con el manejo del plástico?”, resalta Andrés Urvina, licenciado en turismo ecológico, educador ambiental y miembro del equipo de PAU Tena. Por ejemplo, analizando el nido del mosquero cardenal (pyrocephalus rubinus), encontraron que el 67% del material del nido era plástico.

“Creo que estas investigaciones hacen posible concientizar más a la ciudadanía: ya no solo nos perjudica a nosotros, sino también a la fauna urbana en general”, enfatiza.

Además, una actividad clave que organiza PAU Tena es el Festival de Aves Urbanas, un evento de tres días dirigido a los niños de la ciudad, con conciertos, ferias, talleres, conteo de aves y una jornada para sembrar plantas nativas. En la edición del 2024, el festival reunió a 350 personas.

“El festival estuvo muy grande el año pasado”, cuenta Marie Nogues, coordinadora de PAU Tena y artista ilustradora y muralista. “Hubo un montón de gente de todas las edades y grupos. Fue muy lindo ver a mucha más gente involucrarse en la temática de la conservación, del cuidado de las aves y de la naturaleza en general”, añade.

Monitoreando al gallinazo rey

Uno de los proyectos más ambiciosos de PAU Tena es el monitoreo del gallinazo rey (sarcoramphus papa). Esta imponente ave es famosa por su espectacular plumaje blanco y negro y su cabeza y cuello desnudos de colores brillantes. Además, es el buitre amazónico más fuerte y domina a otras especies en la carroña.

El equipo de PAU Tena monitorea esta especie y su estructura poblacional etaria en pastizal, sucesión secundaria y sucesión primaria, es decir, en áreas donde los bosques están recuperándose de incendios, talas o inundaciones.

“Estamos analizando cómo les afecta estar en distintos tipos de sucesiones, por ejemplo, en un área abierta, un bosque secundario y un bosque primario”, explica Josué Ordoñez, coordinador de PAU Tena y estudiante de ingeniería en ecosistemas.

Tras colocar estratégicamente carroña en cinco lugares de bosque primario, secundario y en recuperación, los resultados obtenidos son sorprendentes, cuenta el equipo.

“Las cámaras trampa no solo nos ayudaron a registrar aves, sino también otra biodiversidad que se acerca a la carroña, lo cual es increíble. Así podemos generar bases de datos más sólidas en esa área”, precisa Urvina.

“En uno de esos lugares ya registramos al gallinazo rey. Ahora sabemos que hay un sitio prioritario donde acude a alimentarse, y eso abre nuevas líneas de investigación”, añade.

Además, gracias a las cámaras trampa también han podido registrar otras especies clave como el gallinazo de cabeza roja (cathartes aura), el gallinazo de cabeza amarilla (cathartes burrovianus), el ocelote, la guatusa y la raposa.

El objetivo es llegar a marcar al gallinazo rey y colocarle un rastreo satelital. “Se trata de un ave prioritaria para nuestros ecosistemas amazónicos. Lamentablemente, ya está entrando en una categoría de Casi amenazada en Ecuador, aunque la UICN la clasifica como Preocupación menor”, señala Urvina.

Poniendo en valor la sabiduría ancestral

En Tena y sus alrededores existe una presencia importante del pueblo indígena Kichwa (también conocidos como Kichwa amazónicos).

“Las comunidades indígenas de Tena tienen un gran conocimiento ancestral de las aves, porque habitan y cuidan estos territorios desde tiempos antiguos. Más que enseñar, se trata de intercambiar saberes sobre nombres locales, hábitos”, resalta Nogues.

El equipo de PAU Tena trabaja de la mano con estas comunidades a través del intercambio mutuo de conocimientos y sabiduría.

“Ellas tienen mucho por enseñarnos, y nosotros también tenemos algo que compartir. Creo que eso es lo más valioso: despertar y valorar ese conocimiento que ya está presente en gran medida, y eso es algo que se puede lograr con actividades de educación ambiental”, destaca Nogues.

Del amor por la naturaleza a la acción

Para los integrantes de PAU Tena, el proyecto nació del amor que comparten por la vida silvestre. “Este proyecto nace desde ahí: desde la urgencia de que la ciudadanía conozca la biodiversidad, y también del cariño por ella”, dice Urvina, quien creció en una zona rural rodeado de naturaleza.

“Iba de niño a casa de mi abuelita a ordeñar vacas. Era el loquito que veía National Geographic y enseguida salía a buscar el bicho que estaban mostrando”, recuerda.

Para él, es de ahí que nace la inspiración para un proyecto que involucre a la gente. “Es urgente que la gente conozca la biodiversidad que tiene en su territorio, porque solo así podremos conservar a las especies”, afirma.

Tena no es ajena a los problemas medioambientales que amenazan otras partes de Ecuador, como la minería, la deforestación, la contaminación, además del cambio climático.

Ahora, la meta del equipo es lograr que el proyecto siga creciendo y siga siendo un puente entre distintas organizaciones y comunidades a través de la ciencia participativa e inclusiva, incrementando en un 10% la participación de la población de Tena en proyectos de conservación para 2033.

“Es urgente tomar conciencia y empezar a cuidar los ecosistemas en los que vivimos, porque de ellos dependemos nosotros también”, enfatiza Marie Nogues. “Para mí, es la única forma de construir un futuro sostenible en el que todos podamos vivir bien”.

Aceleradores por Naturaleza

En 2023, el equipo de PAU Tena fue parte del curso Aceleradores por Naturaleza, un programa de Conservamos por Naturaleza (iniciativa de la SPDA) que capacita gratuitamente a jóvenes líderes de toda Latinoamérica en conservación. PAU Tena, además, fueron merecedores de la Beca Aceleradores por Naturaleza, que los ayudó a impulsar su proyecto y reforzar sus actividades.