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Conoce el Bosque de Huayo: un rincón que rescata animales, protege bosques únicos y educa a los niños de Loreto

Foto: Jaime Tranca

A solo media hora de Iquitos, en el kilómetro 13.8 de la carretera a Nauta, se encuentra el Área de Conservación Privada Bosque de Huayo: un santuario amazónico donde la rehabilitación de manatíes y monos choros convive con estrategias creativas de educación ambiental. Este pulmón de 10 hectáreas combina la protección de ecosistemas únicos, como sus bosques de arena blanca, con experiencias inmersivas que atraen desde escolares locales hasta celebridades como Harrison Ford y Zac Efron.

En 2022, esta área de conservación privada fue ganadora de la Beca Conservamos por Naturaleza, entregada por la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental en el marco de los Premios Carlos Ponce. La beca permitió mejorar las explicaciones y actividades educativas en el circuito del bosque, capacitar a guías y educadores y poner letreros informativos para enriquecer la experiencia de aprendizaje.

Conservación de la fauna y flora amazónica

Esta área, creada en 2018, tiene como fin conservar especies de fauna silvestre y flora de la Amazonía, con tres pilares principales: la conservación de las especies en sí, la educación ambiental y el turismo vivencial amazónico.

“Si bien aquí existen muchas áreas donde los turistas pueden conocer y aprender sobre la conservación de la fauna amazónica, creemos que el contacto con la naturaleza es lo más importante”, señala Juan Sánchez Babilonia, biólogo y cofundador del Centro de Rescate Amazónico (CREA), ubicado dentro del ACP.

Foto: Jaime Tranca

Rehabilitación y liberación de especies

En la entrada del área se encuentra el centro, donde se realizan labores de rehabilitación y liberación de especies de la Amazonía.

Allí, los animales recién rescatados son protegidos en áreas de cuarentena. Luego, pasan a una zona de preliberación antes de ser integrados a su hábitat natural. Aquí, se trabaja en la protección de especies emblemáticas como el mono choro común, el manatí, el perezoso y diversos loros y guacamayos, importantes para los ecosistemas y en estado vulnerable.

Foto: Jaime Tranca

Sánchez, biólogo acuicultor y apasionado de los peces desde pequeño, relata que su motivación para rescatar y proteger animales nació cuando tuvo contacto con el manatí amazónico.

“Empecé a protegerla en 2007, y en el 2014 nos dimos cuenta de que no solo esta especie necesitaba ayuda, sino muchas otras. Pero en el camino comprendimos que conservar no solo implica rescatar y rehabilitar, sino también educar”, resalta.

El Bosque de Huayo y su importancia ecológica

Detrás del centro está el Bosque de Huayo, un circuito con un área etnobotánica donde se pueden conocer muchas especies de flora importantes de la Amazonía. Este bosque tiene diez hectáreas, y en su mayor parte alberga un ecosistema único conocido como bosque de arena blanca o varillal.

“Según un reporte de los años 2017 y 2018, casi el 70% de los niños de la ciudad no conocían el bosque amazónico, a pesar de vivir en la Amazonía”, explica Sánchez. “Por eso, creamos esta zona para que los niños interactúen con este tipo de bosques, sientan su energía y aprendan a conservar la naturaleza”.

Los bosques de arena blanca están especialmente adaptados a suelos pobres, ácidos y con drenaje rápido, donde resulta difícil que crezca otra vegetación. En estos suelos crecen árboles de porte bajo a mediano, con troncos delgados y corteza lisa como el huayo (Caraipa spp.) y la chambira (Astrocaryum chambira).

Además, alberga especies de fauna silvestre típicas de este ecosistema, como el mono tocón (Callicebus oenanthe), el pájaro hormiguero de arena (Thamnophilus stictocephalus) y diversas lagartijas adaptadas a suelos arenosos. El resto del bosque ha sido reforestado con árboles maderables propios de la región Amazónica.

Según Sánchez, conservar este tipo de ecosistema es clave, pues en la carretera de Iquitos a Nauta hay muchos bosques que se están perdiendo. “Van los tractores, empiezan a sacar la arena y los depredan por todos lados. Para evitar más problemas en el futuro, hemos creado esta área”.

Foto: Jaime Tranca

Esculturas educativas

En el medio del bosque, hay una zona de esculturas de animales y plantas de la Amazonía, como la serpiente, el venado, el cocodrilo, la tortuga, los hongos y el azúcar huayo. Este último es más conocido como el Arbubuelo, el árbol padre del bosque.

Cada escultura tiene un mensaje que ayuda a entender por qué son importantes los bosques, los animales y la protección de los recursos de la Amazonía. Allí, los visitantes sienten la energía del bosque y hacen un compromiso o promesa para el cuidado de la naturaleza amazónica.

Foto: Jaime Tranca

Huayo: un símbolo de conservación

Otro lugar emblemático del área es la Casa de Huayo, una cabaña que representa el hogar del personaje principal del bosque: el huayo, fruto del azúcar huayo. Este ‘fruto mágico‘ es un eje central de las actividades de educación ambiental que se realizan día a día en el área de conservación.

A los niños, se les explica que, al nacer el hombre, el árbol le encomendó cuidar los bosques. Miles de años después, al despertar y verlos destruidos y contaminados, el árbol lloró y nació Huayo, un personaje que ayuda a proteger la Amazonía y promover la educación ambiental.

Foto: Jaime Tranca

Sánchez cuenta que la idea de este fruto mágico surgió de la necesidad de captar la atención de los niños en las actividades de educación ambiental.

“Al principio, cuando hacíamos educación ambiental, los niños nos escuchaban solo un minuto o dos, luego perdían interés. Nos dimos cuenta de que necesitábamos algo más llamativo. Creamos un árbol con un títere que salía por la oreja y saludaba a los niños, y ellos reaccionaban. Descubrimos que necesitábamos un personaje, y así nació Huayo”, recuerda.

El área también cuenta con el “Eduacuario”, donde se puede observar de cerca a uno de los peces de agua dulce más grandes del mundo: el paiche (Arapaima gigas), una especie muy importante para las comunidades locales debido a su valor nutricional y económico.

Finalmente, está la Aldea de las Abejas, un espacio con colmenares donde se recolecta miel de una variedad especial de abejas nativas sin aguijón, las abejas meliponas, conocidas por su miel medicinal y su rol clave en la polinización de la flora amazónica.

Inspirando a las nuevas generaciones

Para Sánchez, la mayor satisfacción es ver la labor realizada reflejada en los niños, incluyendo sus hijos.

“Los niños son los que desarrollan ese instinto de querer proteger la naturaleza. Hemos visto que se emocionan muchísimo”, cuenta. “Aquí permitimos que los niños sean ellos mismos. Vienen, juegan con la naturaleza y participan en un programa en el que simulan ser biólogos o ingenieros. Aprenden a interactuar con el entorno, y fomentamos que opinen sobre distintos temas”.

Al año, el Bosque de Huayo recibe 15 mil niños de escuelas locales de Iquitos. Sánchez explica que, gracias a la labor de educación ambiental en el área, la propia percepción de los niños sobre la fauna local ha ido cambiando. “Antes, si le pedías a un niño que dibujara un animal, dibujaban jirafas, leones o elefantes, especies que no existen en la Amazonía. Ahora dibujan delfines y manatíes”, dice orgulloso.

Foto: Jaime Tranca

Destino internacional

El ACP Bosque de Huayo ha ido creciendo en número de visitantes, y se ha posicionado como destino turístico cerca de la ciudad de Iquitos. Celebridades tan distintas como Harrison Ford, Zac Efron, el youtuber Luisito Comunica y el ex primer ministro británico Boris Johnson han visitado el área.

El youtuber Luisito Comunica visitando el ACP y su centro de rescate en 2022. Foto: Centro de Rescate Amazónico (CREA)

“Cuando se creó el centro de rescate, no estaba ubicado en el ACP aún. Desde que lo mudamos al área, el número de turistas peruanos se ha ido incrementando y llegó a 45 mil en 2024”, señala Sánchez, que anima a quienes no conocen este lugar a visitarlo.

“Este es un lugar maravilloso al que pueden venir con amigos o familiares para aprender sobre nuestros ecosistemas amazónicos y, lo más importante, para que aprendan a valorarlos. Queremos que las futuras generaciones tengan la oportunidad de conocer este increíble mundo que es la Amazonía”, concluye.

*Este reportaje contó con el apoyo del programa Avión Solidario de LATAM Airlines, en el marco de su alianza con la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental.