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Ojos de Agua, la asociación que protege más de 2000 héctareas de bosque en San Martín


ABOFOA

Foto: Sol Reátegui

Por Sol Reátegui

En el corazón del departamento de San Martín, entre Tarapoto y Juanjuí, se encuentra el pintoresco pueblo de Pucacaca, cuyo nombre en quechua, ‘puka’ (rojo) y ‘qaqa’ (roca), significa ‘roca roja’. Este nombre nace de su entorno único, ya que está rodeado de imponentes montañas formadas por rocas de color rojizo.

Es en este lugar que se ubica la asociación Bosques del Futuro Ojos de Agua, más conocida por sus siglas ABOFOA. Esta organización se ha encargado de conservar una concesión que abarca más de 2,400 hectáreas, y que ha recibido apoyo de Conservamos por Naturaleza durante varios años.

Encuentro con Pablo Escudero: la voz de la conservación

Quedamos en encontrarnos con Pablo Escudero, el actual presidente de la asociación, a las 10:30 de la mañana. La única indicación fue “Jr comercio cuarta cuadra”. Confiados, emprendimos el viaje, sin percatarnos de que al llegar al pueblo no habría señalización. Se tiene que ir preguntando de vecino en vecino hasta dar con el paradero. Y es así como Pucacaca evoca un sentimiento de nostalgia; representando lo que alguna vez fue y sigue siendo la realidad para muchos pueblos en el Perú. Pablo, reconocido en el pueblo por haber plantado los únicos árboles en la plaza y por ser “el que cuida el bosque”, nos recibe en el auditorio designado por la asociación con el nombre de ‘Roy Vail’.

Desafíos y Triunfos: la lucha por la conservación

Durante las últimas dos décadas, Pablo Escudero ha dedicado su vida a la Asociación Bosques del Futuro Ojos de Agua. Todo comenzó en 2003, cuando 45 agricultores, descontentos con la inacción de la municipalidad, decidieron tomar cartas en el asunto. Así nació la asociación con dos nobles propósitos: “que siga lloviendo y que las futuras generaciones puedan llegar a conocer el bosque”.

De los 45 miembros originales, ahora solo quedan 17. Pablo reflexiona sobre este viaje y destaca la importancia fundamental de tener árboles en la vida de las comunidades. “¿Sabes lo importante que es tener un árbol?” reflexiona Pablo. Con orgullo, nos cuenta sobre las quinillas en la plaza que él mismo sembró y destaca cómo la gente coloca sus motos debajo de ellas. Un gesto cotidiano que deja en evidencia la conexión especial que la comunidad ha desarrollado con la naturaleza, pese a que en más de una ocasión los alcaldes intentaron derribar los árboles de la plaza.

“Mi hijo me pregunta, “Papi, ¿qué sacas trabajando en esa zona?” Yo le contesto que me gusta este trabajo. ¿Sabes lo importante que es tener un árbol? Cuando veas las quinillas que he sembrado en la plaza, te vas a dar cuenta que todos ponen su moto debajo. Al principio, cuando las sembré, la gente se reía. Pero el tiempo pasa y todo da frutos, incluso tras varios intentos de los alcaldes en talar los árboles de la plaza”.


ABOFOA

Pablo Escudero lleva las últimas dos décadas liderando la conservación de este bosque. Foto: Sol Reátegui

Uno de los desafíos principales que enfrenta la asociación es la falta de apoyo y de presencia gubernamental en la zona. Pablo Escudero destaca la necesidad urgente de involucrar a las autoridades regionales y municipales para enfrentar los desafíos, especialmente tras la creciente presión de la población.

“Ellos nos preguntan, ‘si no quieres que deforeste, ¿qué quieres que haga?’” Pablo insiste que las autoridades deberían de ofrecer algún tipo de incentivo para que no se siga deforestando, ya que es su responsabilidad. ABOFOA intentó implementar incentivos para la población para no deforestar el bosque, pero casi todos sus planes se vieron frustrados o, como nos menciona Pablo, los pobladores se olvidan y retoman prácticas irresponsables en el bosque. Es un ciclo vicioso del cual parece no haber salida a menos que se logre un cambio estructural. Con el incremento de la población, la presión sobre los recursos naturales se intensifica, y la presencia activa de las autoridades regionales y municipales se torna vital para abordar la situación de manera efectiva.

¿Sabes lo importante que es tener un árbol? Al principio, cuando sembré las quinillas en la plaza, la gente se reía. Pero pasa el tiempo y todo da frutos.

Pablo Escudero

Ecoturismo: una esperanza sostenible

Recientemente, se inauguró una nueva ruta y un puente colgante para atraer turismo sostenible que contribuya económicamente a preservar el área. Los socios destacan la singularidad del bosque, en el cual se halla una diversidad inmensa de árboles como la quinilla, la machinga y el chuchumbo. Además, es allí en donde se encuentra el helecho más grande de las Américas. Este hecho capturó la atención de Roy Vail, un apasionado de los helechos que respaldó a la organización durante años, hasta su muerte. Su sueño era ver completadas las cabañas de árbol que rodean el puente colgante, también incluidas en el proyecto de ecoturismo.

Asimismo, hoy está en marcha la restauración de la cabaña del centro de investigación en el bosque. Una vez finalizada, proporcionará un espacio privilegiado para investigadores. Aun así, la asociación enfrenta desafíos como la falta de capacitación para guías turísticos y la necesidad de atraer nuevos miembros. La escasez de recursos se manifiesta en la carencia de combustible, el deterioro de la maquinaria y la necesidad de adquirir uniformes y machetes. Además, buscan contar con dos trabajadores en el campo y establecer regulaciones estatutarias para lograr una mayor efectividad en las actividades de la asociación.


ABOFOA

Foto: Sol Reátegui

El Bosque Habla: el éxito medido en verdor

A pesar de los desafíos, el compromiso de Pablo Escudero y los miembros restantes de la asociación permanece firme. Pablo destaca como su mayor logro es la recuperación de la montaña y la notable estadística del 0% de deforestación en la concesión. Inicialmente, la desconfianza de la población era alta, acusándolos de apropiación indebida del bosque, pero ahora existe una comprensión y apoyo creciente.

Pablo destaca el apoyo de actores como el gobierno finlandés y Conservamos, que ha resultado fundamental para guiarlos en su camino. Sin embargo, insiste en que el verdadero impacto de la asociación se manifiesta en el bosque, no en el auditorio. Nada más evidencia este impacto que el impactante contraste entre el exuberante manto verde de Ojos de Agua y la desenfrenada deforestación que se observa al otro lado de la montaña. Es ahí donde se comprende la efectividad de estas iniciativas, y se logra apreciar la inversión, tiempo y sacrificio que sus miembros ponen día a día. Como nos explica Pablo, en el bosque verdaderamente se siente el valor del trabajo que hacen.


ABOFOA

Foto: Sol Reátegui

Un llamado urgente a la acción

Al preguntarle a Pablo sobre sus expectativas y deseos para el futuro, y también sobre cómo espera que evolucione la asociación, nos comparte unas reflexiones profundas:

“Invoco al ánimo de nuestros socios, para que sigamos cuidando y protegiendo nuestros bosques. También pido reflexión a nuestras autoridades, los principales motores de autoridad, ya que representan a todas las comunidades del territorio. Además, quiero resaltar la importancia de nuestros aliados, lo más importante que tenemos, para que las nuevas generaciones encuentren algo avanzado de lo que nosotros les hemos dejado. Invoco a los jóvenes, sin importar su condición, que le tengan amor al bosque. Quisiera hacerles llegar el mensaje que alguna vez me dio un botánico: ‘Pablo, ustedes están cuidando una hojita de un árbol, y llegará un momento en el cual a esa hoja la van a cortar.’”

Pablo lleva consigo este mensaje, compartiéndolo con nosotros de la misma manera que se lo transmitieron a él. Esta metáfora poderosa sirve como un llamado urgente a la acción en medio de los desafíos globales por preservar nuestro planeta. El bosque que Pablo protege puede parecer una hojita en medio del vasto conjunto de esfuerzos, pero él advierte que si no tomamos acción pronto corremos el riesgo de perderla. Aunque el horizonte de esperanza pueda parecer distante para Pablo y sus socios, su dedicación persistente demuestra la resiliencia y el deseo firme de asegurar un futuro sostenible para las generaciones venideras.