Que ciudadanos donen dinero a personas para apoyar esfuerzos de conservación no es común en el Perú. Ello si ocurre en otros países donde la cultura de filantropía para fines de conservación está más extendida. Y vimos ahí una oportunidad para innovar, para unir personas con causas que necesitan apoyo. La idea fue simple. Una persona donaría 50 cincuenta soles y otra persona, un titular de un área de conservación, plantaría un árbol nativo, le tomaría una foto y nosotros nos encargaríamos de hacer un certificado que le llegaría a quien donó los fondos. El certificado tendría la foto del árbol, el nombre de su especie y las coordenadas donde fue plantado. En el fondo, este intercambio resumía un acto de reciprocidad. Todo se convirtió de pronto en una excusa perfecta para regalar vida y sembrar esperanza, el símbolo de un matrimonio, un recibimiento a alguien que llega al mundo o una forma de recordar a alguien que nos dejó. Todo comenzó con una campaña de recaudación de fondos para conservar un bosque donde vive un grupo de monos choro de cola amarilla, en la que participaron más de 230 personas adoptando árboles. Al poco tiempo recibimos la ayuda de Scotiabank y Sodimac, quienes fueron los primeros en confiar en esta campaña que quería acercar a las distintas personas en todo el mundo con la áreas de conservación voluntarias del Perú. Hicimos un video, gráficas y creamos la plataforma reforesta.pe. Y así la campaña fue cogiendo vuelo y en este 2016, los resultados nos han sacado muchas sonrisas.

Por ello, queremos contarles los principales resultados en este 2016, en el que gracias a esta campaña y la participación de 1000 personas, se destinaron S/23,800 directamente a las áreas de conservación además de dar becas de investigación a jóvenes peruanos.

1. Se apoyó en la construcción de una torre de observación de fauna y flora silvestre en la Concesión para Conservación Bosques del Futuro Ojos de Agua, en Pucacaca, San Martín. Este apoyo incluye la creación de puentes colgantes que estarán listos el 2017.
2. Se mejoró el trapiche en el Área de Conservación Privada Bosque Berlín, en Amazonas, para que puedan seguir produciendo su panela que distribuye la alianza Shiwi – Conservamos por Naturaleza. A su vez, se creó un centro de interpretación para explicar de una manera más didáctica a todos los visitantes los beneficios de sus bosques. Y se refaccionó el techo del albergue en el que seguirán recibiendo a sus turistas y voluntarios.
3. Se ayudó a terminar el techo de la nueva sala comedor  que han construido en el Área de Conservación Privada Milpuj – La Heredad, Amazonas, para atender cómodamente a sus turistas y relajen apaciblemente al lado del río Utcubamba.
4. Se becó a los Colaboradores de Conservamos por Naturaleza de Loreto, además de a Paloma Duarte y a Luis Bazalar, dos ingenieros forestales, para hacer el monitoreo de los árboles adoptados en las áreas.

Como verán, hemos obtenido buenos resultados, demostrando que uniéndonos, podemos lograr un cambio positivo. Reiteramos las gracias a todos los que contribuyeron adoptando árboles, en especial a las empresas que se sumaron a la campaña: Libélula, la Fundación SwissCare, United Yoga Foundation, APS Brokers, Scotiabank, Medea Digital, Vida Yoga, L.O.O.P., Prodelphinus, por citar algunas.

En la actualidad, todos los ingresos por las adopciones irán a la Comunidad Nativa de Puerto Prado en Loreto, que conserva el Área de Conservación Privada Paraíso Natural Iwirati. En la comunidad se planea instalar un sistema de agua potable que les permitirá mejorar la calidad de vida y a su vez recibir más cómodamente a sus visitantes.

No queremos terminar este agradecimiento sin antes motivarlos a seguir adoptando árboles en estas fiestas de fin de año y durante el 2017, que seguiremos firmes en Reforestamos por Naturaleza.

Conoce más sobre la campaña y adopta más árboles en: reforesta.pe.