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Caverna de Leo

Caverna de Leo

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“Nuestra niñez era hermosa. Consumíamos todo lo que salía de nuestra tierra, todo orgánico, natural”, nos dice don Leuvigildo López en medio de su chacra, buscando algunos caimitos, palillos, guayabas y guayabillas, dulces alimentos y golosinas obligatorias de los chicos de Rodríguez de Mendoza, cuando López y sus amigos eran niños y no sabían qué era un chicle o un caramelo.

La ficha técnica

Personas de Contacto:

Leuvigildo López

Teléfonos:

944922697

Correo:

cavernadeleo@gmail.com / http://cavernadeleo.blogspot.pe/

Clic aquí para enviar correo

Ubicación:

Amazonas

Extensión:

12.5 ha

Norma:

R. M. N°301-2014-MINAM

Vigencia:

20 años

Objetos de
Conservación:

Bosque húmedo Pre Montano del flanco Este.

Colibrí cola de espátula.

Alrededor de 80 plantas medicinales.

Todos le dicen Leo. Un agricultor que diariamente le rinde tributo a la naturaleza en una tierra privilegiada en la selva de Amazonas. Vive en el distrito de Omia en la provincia de Rodríguez de Mendoza, antiguamente llamada Omnia, que significa: las tierras que producen todo. Se despierta disciplinadamente minutos antes de las seis de la mañana para trabajar antes de que el sol arrecie y no lo deje caminar. Va pensando qué hacer en su chacra, si las lluvias de la noche anterior afectaron las guanábanas que acaba de sembrar, cómo hacer con el algodón, en qué momento cosechar la chía, o cuántas orquídeas podrá tener a fines de año. Don Leo vive soñando y así fue dándole forma a este pedazo de Perú en donde cultiva ochenta tipos de plantas medicinales, cuarenta árboles frutales y más de trescientas variedades de orquídeas. Junto a su familia, no tienen necesidad de ir a la tienda para llevarse algo a la boca. Ellos siguen al pie de la letra: de la chacra a la olla. Su afán con las semillas ha hecho de él un coleccionista como pocos en el país. Y su gratitud va más allá de su chacra. Regala semillas a todas las personas que conoce. Comparte su conocimiento y les da recomendaciones para sembrar y cosechar. Invita a que conozcan lo que está haciendo y motiva a todos a sembrar. “No hay nada mejor que compartir. Yo siempre voy por todos lados viendo semillas para traer. Y no tengo mucho, pero igual siempre ofrezco a todos, semillas y frutas. Les digo: no la comas solamente, cuídala, llévala y siémbrala. Por mi, que todo el mundo siembre”, dice con mucha humildad don Leo.

Sin embargo, su lugar cambió. El 14 de febrero de 2007, don Leo encontró un pequeño agujero cuando buscaba el mejor espacio para sembrar su café. Un viento frío le chocó en el rostro y la curiosidad lo hizo mover las piedras. Avanzó unos metros hasta que la suave luz de su linterna no rindió más. Durante todo el siguiente mes, bajó casi todos los días en compañía de sus hijos. Se perdió, se resbaló, pero cada vez se impresionaba más con lo que iba descubriendo bajo la tierra. Durante millones de años el agua le dio forma a esta caverna llena de estalactitas y estalagmitas. Don Leo le fue poniendo nombre a cada una de ellas. La virgen, el niño y el burro, el zapato de taco, el león, el cuarto erótico, las alas del ángel, la panadería, doña Clotilde, todos están reunidos en este mágico lugar. Una catedral llena de misteriosas formaciones repartidas en cuarenta mil metros cuadrados, con techos de ciento veinte metros de alto, siete niveles y mil trescientos ambientes. Es imposible recorrerla toda en un solo día, ni en dos, ni en tres. Se necesita algo más que una vida. Es por eso que Don Leo se dedica a proteger esta maravilla natural escondida bajo tierra.

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“Soy un bendecido por la vida. Vivo en una tierra donde crece todo y en ella tengo esta caverna que tengo la misión de proteger”, se emociona don Leo, que se ha propuesto sembrar cuatro mil orquídeas. En 2014, recibió el reconocimiento de Área de Conservación Privada (ACP) por el Ministerio de Ambiente del Perú. Eso lo ha motivado mucho más a proteger estos montes a los que llegan infinidad de picaflores, insectos, monos, que vienen a alimentarse en este banquete natural que don Leo atiende desde que se despierta hasta que se duerme. Una sola palabra define lo que es un agricultor para él: dedicación.

Don Leo solo quiere que lo visiten y que se inspiren en su sitio. Pequeño, como él dice, pero uno de los laboratorios naturales más variados que tiene una sola persona en el país. Vale la pena ir a conocerlo, probar sus frutas, oler sus multicolores flores y explorar la Caverna de Leo.

 

  • Visítanos

    Desde el terrapuerto de Chachapoyas tome un colectivo hacia Rodríguez de Mendoza que le tomará entre dos horas y media hasta tres horas en llegar (S/.15-20). Luego, vaya al paradero de autos para el distrito de Omia, a veinte minutos de distancia (S/.5). A un lado de la carretera verá el letrero de Caverna de Leo.

  • Ayúdanos a Conservar

    Don Leo quiere hacer un inventario de todas las especies que tiene en el lugar. Ha reforestado y cultivado mucho, pero buen porcentaje de todo lo que ha sembrado en su área no lo tiene identificado. Ayúdalo a hacer el inventario.

    Es el principal atractivo turístico de esta zona pero necesita de asesoría para que pueda recibir más personas. Todo el que quiera involucrarse en este proyecto, no dude en comunicarse con él.