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Servidumbre ecológica de Huembo

Servidumbre ecológica de Huembo

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La única población de colibríes cola de espátula que existe en todo el mundo vive en esta región ubicada entre Amazonas y San Martín. Santos Montenegro es uno de los guardianes de su hábitat.

“Un pajarito cambió mi vida”, se ríe pero le encanta. Santos Montenegro nunca se imaginó que cambiaría sus vacas por colibríes. A pesar de haber crecido junto con ellos, nunca les prestó importancia. Hoy el aleteo de estas pequeñas aves exóticas mueven sus días con mucho más esperanza y alegría.

La ficha técnica

Teléfonos:

51 (41) 816814 / 816815

Correo:

http://www.ecoanperu.org/

Clic aquí para enviar correo

Ubicación:

Amazonas

Extensión:

31,9 ha.

Objetos de
Conservación:

- Colibrí cola de espátula y su hábitat

“¿Has visto al colibrí maravilloso?”, le preguntaron a Santos Montenegro. Eran cinco turistas disfrazados de exploradores con binoculares colgando de sus cuellos y chalecos con muchos bolsillos. ¿Maravilloso? Él nació en San Lucas de Pomacochas, un pueblo en las alturas del departamento de Amazonas, pero nunca le había prestado atención a ese mágico pajarito que pareciera que volara con dos mariposas como guardaespaldas. En realidad, a ninguno. Solo le importaba su chacra y su ganado. Le tuvieron que mostrar un libro lleno de figuritas para entender de lo que hablaban. Se acordó que en su chacra los había visto, sin prestarle importancia, como a las hormigas que caminan sobre la tierra. Los llevó y casi de inmediato encontraron a uno revoloteando al lado de unos arbustos. Corrieron desesperados como si hubieran descubierto Machu Picchu. Santos no entendió esa emoción desaforada. Después de contemplarlo con más atención que a la Mona lisa, se fueron extasiados, agradecidos a Santos, al hombre que les mostró el pajarito difícil. A las tres semanas llegó otro grupo preguntando por él y su colibrí. Sin darse cuenta, esa casualidad le empezaría a cambiar la vida.

En el 2006, se creó la Reserva Huembo en pleno Valle del Utcubamba. Uno de los más perfectos lugares para encontrarse con aves de todos los colores, en especial con el colibrí maravilloso o cola de espátula. Son casi 32 hectáreas acondicionadas para que aves residentes y migratorias, además de otros animales salvajes puedan alimentarse y descansar. Un resort silvestre gratuito y ‘all inclusive’ administrado por la Asociación Ecosistemas Andinos (ECOAN), una ONG que contribuye a la conservación de la diversidad biológica y especies clave del Perú. Y para este proyecto se ubicaron en el Valle del Utcubamba. La razón: la Alianza para la Extinción Cero reconoció a esta zona del país como una prioridad de conservación debido a la presencia de especies en peligro como el colibrí cola de espátula o maravilloso.

Cuando Santos se dio cuenta que el turismo de observadores de aves, podía ser un negocio, no lo dudó. Comenzó a sembrar distintas especies de plantas y árboles para atraer más aves. Le regalaron unos binoculares y cada vez que se encontraba un ave nueva, se emocionaba tanto como esos gringos de la primera vez. Encontró que las flores de los paliglobos eran los preferidos de los colibríes y su vida empezó a girar alrededor de estas coloridas especies. Hasta que en el 2006, llegó ECOAN y lo invitó a trabajar con ellos. La ONG hizo un convenio con la comunidad de San Lucas de Pomacocha y construyó el centro de interpretación para investigar y monitorear al colibrí más hermoso del planeta. Santos Montenegro empezaba a sentir que sus sueños de conservación se iban haciendo realidad. Lo que comenzó como una oportunidad para ganar dinero, terminó convirtiéndose en algo más que su pasión.

Huembo está lleno de botellas colgando de los árboles y bancas ubicadas en lugares estratégicos para esperar la llegada de colibríes. Un pájaro tomando agua es algo que puede no tener importancia. Sin embargo, ver llegar a decenas de colibríes de colores y contemplarlos picoteando una botella, es un espectáculo solo entendible cuando se está frente a ellos. El silencio del momento le dará sentido a su vida y no te querrás parar porque mientras más quieto estés, más llegan.

Este proceso no ha sido sencillo. Durante años, se dejaron de ver a los colibríes dando vueltas por San Lucas. La deforestación, los incendios forestales, el descuido el hombre, hizo que esta preciosa ave buscara lugares más alejados para alimentarse y sobrevivir. Desde que llegó ECOAN, se reforestaron 19 especies de plantas que sirven como alimento para estas aves. Se implementaron bebederos y se hizo todo un trabajo minucioso para atraerlos nuevamente. En el primer mes, no se vio ni uno solo. Recién a los ocho meses de haber creado este centro de interpretación, lograron ver al primer colibrí. Cuatro meses después, llegó el maravilloso. A Santos se le puso la piel de gallina.

En Huembo trabajan muy cerca a los pobladores de la zona. Han separado una parcela de demostración agroforestal, en la que muestran a los agricultores locales cómo cultivar café de sombra, árboles frutales, y otros productos agro-forestales de una manera que no impacten negativamente los suelos y restauren árboles y otras funciones ecológicas del paisaje. Además, para los visitantes, hay un pequeño museo en donde pueden conocer más sobre los colibríes y una cabaña con capacidad para cuatro personas. Dentro de poco empezarán a construir seis habitaciones más para poder recibir hasta 16 visitantes por noche.

Lo que encontrará en este rincón del departamento de Amazonas será un recuerdo para siempre. Sentirá cómo el tiempo se paraliza delante de ti y verá cómo la vida se convierte en más vida gracias a coloridas aves. Mientras tanto, la esperanza de un Perú más natural sigue creciendo junto con el movimiento de las alas del colibrí.

  • Visítanos

    Para llegar a Huembo es sencillo. Salga desde Tarapoto en dirección a Chachapoyas, tomando la carretera Fernando Belaunde Terry. Si está en auto particular, pare en el kilómetro 364.5. A un lado de la carretera verá el centro de interpretación.

    Si está en transporte público, tome un auto en Tarapoto que toma la carretera hacia Chachapoyas. Baje en Pedro Ruiz y de ahí vuelva a tomar un colectivo (30 minutos de camino / S/.5 ) hacia Pomacochas. Avísele al chofer que bajará donde está la pared de colibríes.

  • Ayúdanos a Conservar

    La mejor forma de ayudar a este centro de interpretación es visitándolos. Una tarde paseando entre sus montes, apreciando las decenas de especies de colibríes, además de cruzarse con el cola de espátula, es algo muy recomendable. Además, se pueden hacer caminatas hasta la catarata de Gocta, la tercera más alta del mundo.

    Hasta el momento, tienen tan solo dos pequeñas habitaciones para cuatro visitantes durante la noche. En un futuro, ECOAN quisiera aumentar la capacidad. Incluir seis habitaciones, cada una con dos camas y tener capacidad para 12 visitantes por noche. Si usted quisiera ayudarlos y tiene ideas para hacerlo, comuníquese con ellos.