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Explora: Aves migratorias llegan a su destino prioritario, el Perú

Explora: Aves migratorias llegan a su destino prioritario, el Perú

Por: Walter H. Wust / www.walterwust.com

Cada año, millones de viajeros alados cruzan el mundo respondiendo a una señal secreta. Recorren rutas invisibles siguiendo las estrellas, surfeando entre corrientes de aire y puntos en el horizonte, a veces a miles de metros por encima de la altura de vuelo de los aeroplanos. Viajan –literalmente– llevados por la memoria de sus ancestros grabada en sus genes.

Desde tiempos inmemoriales las aves migratorias han convertido al Perú en un paradero importante en sus travesías. Llegan a la Amazonía, buscando las playas de río que se forman durante el estío (de junio a setiembre) y que utilizan para anidar y criar a sus polluelos. Llegan también a los altos Andes en busca de los humedales y los grandes lagos salados donde abunda el alimento. Pero, sobre todo, llegan al desértico litoral escapando del crudo frío de latitudes templadas que asola sus territorios de origen con temperaturas que hacen la vida casi imposible.

||| Estos viajeros emplumados llegan al Perú en busca de alimento desde espacios tan alejados como el Círculo Polar Ártico. 

La llegada de los migrantes del sur suele producirse en la costa durante el invierno. Es el caso de las gaviotas grises que han anidado en el corazón hirviente del desierto de Atacama, o de halcones peregrinos que rasgan el cielo con sus vuelos en picada mientras cazan a los miembros distraídos o a los débiles de las bandadas.

El espectáculo, sin embargo, se produce a inicios del verano, cuando cientos de miles de viajeros emplumados arriban desde casi cada rincón de Norteamérica –algunos desde lugares tan distantes como el Círculo Polar Ártico– para poblar playas, esteros, roqueríos, pantanos y hasta los cables telefónicos de las ciudades costeras.

Gaviotas de Franklin y gaviotines de varias especies, decenas de chorlos y playeros, vuelvepiedras y zarapitos, becasinas y rayadores, cigüeñuelas y águilas pescadoras… todos en busca del destino final de su gran viaje y ansiosos de reponer energías para, al cabo de algunas semanas, emprender el camino de regreso a sus campos de anidamiento, año tras año. Al llegar se unen a las poblaciones de especies residentes, donde comparten las playas con ostreros, zarcillos, gaviotas peruanas y marisqueros. No obstante, la repentina abundancia de aves hambrientas no produce el caos y disputas que uno podría suponer. Por el contrario, docenas de especies comparten en paz las orillas mientras buscan sustento de acuerdo a sus técnicas propias.

La clave de este sorprendente vergel se encuentra oculta bajo la arena y se llama muymuy. Un pequeño crustáceo, cuyo nombre pareciera haber sido creado en honor a su importancia en el ecosistema costero. Los muymuyes se alimentan de plancton y viven enterrados a poca profundidad en las zonas que bañan las olas de las playas de arena, por lo que se convierten en presas fáciles para toda una legión de huéspedes hambrientos. Lo interesante de esto es que la llegada del verano trae consigo una verdadera explosión en la población de muymuyes, lo que garantiza una mesa bien servida para los abundantes comensales llegados desde tan lejos.

||||Perú es el segundo país con más diversidad de especies de aves en el mundo, una cifra que nos debería llenar de orgullo y a su vez, motivarnos para luchar por su conservación.

La naturaleza es sabia, así que no sorprende que la llegada de las aves migratorias parezca estar sincronizada con la abundancia estacional de alimento. Gracias a ello, algunos lugares de nuestra costa se convierten en sitios claves para la conservación de las especies y en verdaderos paraísos para los observadores de aves.

Ya lo sabe, cada vez que vea un pequeño pajarillo corriendo por la orilla en busca de alimento piense por un momento en la formidable proeza que realizan cada año estos viajeros emplumados… y permítales alimentarse en paz mientras el tiempo para regresar a casa sigue corriendo en su reloj interior.

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¿Sabías que…?

Lugares como la Reserva Nacional de Paracas, la Zona Reservada Pantanos de Villa o el Santuario Nacional Manglares de Tumbes han sido reconocidos por la Convención de Humedales (Ramsar) como sitios de importancia internacional. La inclusión de uno de estos territorios representa el compromiso del Estado de adoptar las medidas necesarias para garantizar que se mantengan sus procesos ecológicos.

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++Notas relacionadas:

– Pingüinos de Humboldt: aves en situación vulnerable

– Cumbre internacional de aves migratorias en Paracas

– Cabo Blanco: pesca en veleros al viento