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Asociación Civil Grupo Aves Del Perú

Asociación Civil Grupo Aves Del Perú

IMG_1677El trabajo de la Asociación Civil Grupo Aves del Perú es incansable en esta parte de la costa peruana. Sueñan con un gran bosque de huarango.

“Nosotros somos una familia, compartimos muchas experiencias y trabajamos para los demás, en especial para los niños. Si no cuidamos los bosques, ¿ellos qué van a tener?”, se pregunta Consuelo Borda, del Jardín Botánico de Kew y una de las encargadas del proyecto de reforestación de huarango en esta parte del desierto de Nazca. Una mujer que intenta siempre sacar una sonrisa en frente de una situación, que si no se actúa rápidamente, como ella misma sabe, podría ser fatal.

La ficha técnica

Ubicación:

Ica

Extensión:

513,31

Norma:

RI. Nº 199-2007

Vigencia:

05/09/07

Partimos hacia el sur. Pasamos por Nazca y nos adentramos hacia el desierto una vez más. Descubrimos Cahuachi y luego Usaca. Allí encontramos huarangos milenarios que no reciben el merecido respeto. Los años parecen no entregarle ningún beneficio. Al ritmo de la pasividad del desierto, Consuelo Borda y Evelyn Ruiz recogen, una a una, semillas que esperan convertirlas en bosques. Sueñan con tener esta parte de la costa peruana llena de árboles que le den más vida al desierto.

La pena las llena de rabia cuando ven un árbol talado. Muchos de ellos tienen más de cien años gobernando la arena y raíces de hasta sesenta metros de profundidad. Pudieron sobrevivir a la escasez de agua pero no a la mano del hombre. En los últimos veinte años se ha perdido más del cuarenta por ciento de los bosques de huarango en Ica. Analizando este delicado momento, la Asociación Grupo de Aves del Perú en conjunto con el Jardín Botánico de Kew de Inglaterra, solicitaron la concesión de 333.58 hectáreas al lado del río Poroma, a las afueras de Nazca. Éstos son productores primarios, crean microclimas, sirven de base para que fluya la energía y los nutrientes, además son refugio de reptiles, mamíferos y aves. Se han registrado más de treinta aves en el lugar. Lo bueno de esta zona es que la vegetación asociada a estos bosques se sigue manteniendo, lo que ayuda a controlar las plagas que atacan el huarango, nos cuenta Evelyn Ruiz.

Si seguimos así, nos quedaremos sin bosque muy pronto y sin que nos demos cuenta. Ese fue el pensamiento de Oliver Whaley ecólogo y el líder de esta iniciativa. Calculó que al ritmo que íbamos, en unos cuantos años nos íbamos a quedar sin bosque. El desconocimiento y la necesidad fueron la combinación perfecta para destruir los bosques. Más letal que la pólvora para volarse miles de árboles. Son comprados por menos de quinientos soles y son usados como carbón en pollerías, parrilladas y, en menor medida, para la elaboración de pisco. Sin embargo, la Asociación Grupo de Aves del Perú y el Jardín Botánico de Kew están trabajando para educar a la población cercana. Si se cosechara en lugar de talar, un árbol podría generar un promedio de mil soles al año, lo que resulta más rentable y sostenible.

La comunidad más cercana es Tambo de perro. Viven once familias y todas tienen como principal actividad económica la tala de huarango para subsistir. Como tradición, aprendieron de sus padres a hacer carbón. Nunca antes alguien les dijo sobre las distintas oportunidades que tienen con el mismo árbol, como hacer jarabe o harina. En esa labor se encuentran Borda, Ruiz y Whaley. Quieren enseñar a las personas, que pueden vivir del bosque sin destruirlo y que éste es necesario. Empecemos a cuidar nuestra tierra, ya que si no hay semillas, no hay vida. Pasarán veinte años y tal vez no tengan un gran bosque, pero están seguros que estarán por el camino correcto.